miércoles, 30 de septiembre de 2020

Ilustrando a... Eva Sánchez Gómez

Bienvenido/a a esta sección de entrevistas a autoras integrales de álbum ilustrado cuyo objetivo es conocer sus procesos de creación y visibilizar su obra.

Hoy te presento el trabajo de... Eva Sánchez Gómez



1. Tus inicios. ¿Cuál es tu formación académica? ¿Cuándo te interesaste por la ilustración y en especial, por el álbum ilustrado?

Estudié Bellas Artes en la Universidad de Barcelona y después me especialicé en ilustración en l’Escola de la Dona que fue donde realmente descubrí el mundo del álbum ilustrado y de la ilustración editorial en general. 

De pequeña me gustaba mucho dibujar y mirar cómo dibujaba mi padre. Igual me di cuenta entonces de que alguien podía realmente hacer dibujos con los que yo alucinaba, que no era totalmente arte de magia. Y entonces, las películas de dibujos animados tampoco, ¡había gente capaz de dibujar a esos personajes que parecían estar vivos!

Quizás por eso, antes de decidirme por bellas artes, había considerado la opción de ir a una escuela de animación o a una escuela de artes aplicadas y diseño como la Massana. Finalmente elegí Bellas Artes, entre otras cosas para poder probar de todo un poco. Una vez allí, descubrí que estas áreas no eran las más populares, pero sí ofrecían igualmente algunas asignaturas relacionadas. Fue concretamente durante un curso de dibujo aplicado a la ornitología ofertada en convenio con la facultad de Biología, donde descubrí que la ilustración era un mundo que podía gustarme mucho, incluso más que la animación. Allí conocí a una buena amiga, Blanca Martí (excelente ilustradora científica) que me recomendó l’Escola de la Dona y allí empezó esta aventura.

2. ¿Recuerdas tus cuentos favoritos de pequeña? ¿Crees que te han influido en tu trabajo?

Recuerdo muchos de la colección La Sirena de la editorial La Galera como El petit Avet, La casa d'en Pere o la Cuca Quica ilustrados por Montserrat Brucart, Fina Rifà y Pau Estrada. También muchos cuentos clásicos como el El soldadito de Plomo que venía ilustrado por Mercè Llimona, y recuerdo muchas ilustraciones de Quico Rovira en mis libros de texto. También me encantaban las ilustraciones de Graham Percy en El Ratón de Ciudad y el ratón de campo y El flautista de Hamelín. Y más adelante las ilustraciones de Tino Gatagán en El príncipe de la niebla.

Estoy convencida de que todos estos primeros referentes influyen en mi trabajo. Y no solamente las imágenes de los cuentos, sino también las de las películas de dibujos animados que me encantaban. La primera vez que vi las ilustraciones de Beatrix Potter fue a modo de dibujo animado en un programa infantil de la tele. Los recuerdos y experiencias personales siempre pueden ser fuente de ideas y en especial creo que los recuerdos y experiencias de infancia calan hondo e influyen aunque no quieras.

3. ¿Cuáles son tus referentes actuales?

Dentro del ámbito de la ilustración por ejemplo Ana Juan, Gabrielle Vincent, Beatrix Potter, Jorge González, Pablo Auladell, Alexis Deacon, William Grill, Lorenzo Mattotti, Roberto Innocenti, Ana Bustelo, Ana Penyas y muchos más.

Pero funcionan como referentes muchos otros estímulos también. Una película por la manera de narrar o por los encuadres y composiciones, los escenarios o la luz. O por el mismo motivo también la danza o el teatro pueden ser referentes. Y el más importante, el natural, el paisaje del día a día, el bosque, la montaña, la calle, mi casa, las personas, sus gestos y sus historias.

4. ¿De dónde surgió la idea de tu primer libro?

El primer libro en el que partimos de un proyecto personal fue La espera. Fue un proceso un poco atípico, porque el punto de partida fue una serie de ilustraciones que realicé para una exposición. En esta serie presentaba a personajes solitarios en paisajes y entornos algo inquietantes. Todos los personajes tenían en común la actitud ausente. 

La espera © Eva Sánchez Gómez

Una amiga mía, Mercè Hernández, al ver la exposición me preguntó si no haría un libro con ello a lo que contesté que me gustaría, pero que no tenía el texto ni había pensado en una historia concreta. Días más tarde, cuando nos volvimos a encontrar ella apareció con el texto de La Espera, que entonces se titulaba Ara que no hi és (trad. Ahora que no estás) y me encantó, encajó todo.

5. ¿Cómo fue tu primera experiencia como autora profesional? ¿Quién te dio la oportunidad?

El primer libro que ilustré fue gracias a un concurso en l’Escola de la Dona. Se convocaba el concurso simultáneamente en la escuela de escritura de l’Ateneu Barcelonès. El premio era publicar un libro con las ilustraciones y el texto de los ganadores. Yo tuve la suerte de ganar el concurso de ilustración y de contar con la guía y el apoyo de Ignasi Blanch durante todo el proceso de ilustrar mi primer álbum Onades y flors.

Y una vez terminado mi paso por la escuela el primer libro que me encargaron ilustrar fue una reedición de la novela El río de los castores de Fernando Martínez Gil publicado por Planeta.

6. Sobre el proceso de escritura, ¿cuánto tiempo te lleva escribir una historia? ¿Dónde buscas la inspiración o los posibles temas?

Aún no tengo mucha experiencia en ese campo, he sido autora del texto solamente de dos de los libros que he ilustrado y en ambos casos las imágenes tienen un gran protagonismo y llevan mucho peso narrativo. En Dimenticare Berni el origen fue una sola imagen y a partir de ahí fue desarrollándose el guión gráfico a la vez que el texto. El texto en los dos libros es muy breve, como si fuera la lucecilla de un faro que nos guía través de las imágenes. No sabría separar el tiempo de escritura del texto del guión gráfico del libro, que puede ir de un par de semanas a más de un mes, dependiendo también de las revisiones que pueda proponer la editorial y de lo fluido que sea el intercambio de ideas.

Dip © Eva Sánchez Gómez

La inspiración puede venir de cualquier parte, tiene que ser algo con lo que me sienta identificada o que me afecte o me emocione de alguna manera. Un recuerdo, un gesto de alguien, una historia, un estado de ánimo, un paisaje… cualquier cosa puede ser un punto de partida. Eso ya me pude llevar a un tema general, como el miedo o los sueños. Y a partir de ahí, puedo empezar a preguntarme sobre ello ¿quién lo contaría? ¿Por qué? ¿De dónde vendría? Partir de una imagen me ayuda a empezar ese juego.

7. Proceso y metodología, ¿cómo te organizas y trabajas? ¿Podrías describirme tu día a día?

Pues es una combinación un poco extraña. Por un lado, una rutina bastante común que consiste en desayunar bien, sentarme en mi mesa de dibujo, comer, de nuevo a la mesa de dibujo, algunos días sueltos, si puedo, salir a hacer ejercicio, a correr por el monte o cerca del río, cenar y, o bien mesa de dibujo, o película, charlar, lectura, preparar cosas para el día siguiente, …  Sé que puede sonar aburrido, pero para nada. El rato en la mesa de dibujo suele ser diferente cada día. Si estoy metida en el dibujo y las ilustraciones me voy con los personajes allí donde estén. Otras veces estoy muy dispersa y mi cabeza se va de un proyecto a otro sin meterme de verdad en ninguno y la sensación es un poco frustrante. Hay días dedicados a papeleo y burocracia, gestión de web o redes, buscar concursos, cursos y oportunidades. En definitiva, cada día es diferente, cada proyecto es diferente, las jornadas de trabajo se alargan más o menos por temporadas, así que la rutina de la que hablaba me ayuda a no perderme tanto. Por lo general, cuanto más claro tenga ya en el desayuno qué es exactamente aquello en lo que voy a trabajar ese día, más fácil me es cumplirlo y concentrarme; suena muy obvio, pero misteriosamente fallo a menudo ahí.

Boceto e ilustración terminada de El ave que se devoraba a sí misma © Eva Sánchez Gómez

En resumen, mi objetivo sería el de ser suficientemente flexible como para que el proceso creativo tenga su espacio, que me permita ponerme en riesgo, buscar estímulos nuevos, imaginar y encantarme un poco incluso para que no se convierta en la cinta de producción de una fábrica. Y, a la vez, procurar ser disciplinada y realista para concretar ideas y llevarlas a cabo hasta el final cumpliendo con las fechas de entrega y ajustándome al tiempo que tenga para cada proyecto como para que pueda ser también mi trabajo.

Boceto e ilustración terminada de El ave que se devoraba a sí misma © Eva Sánchez Gómez

8. ¿Cuál es tu objetivo como autora e ilustradora? ¿Qué mensaje quieres transmitir a través de tus obras?

El mensaje puede ser diferente en cada proyecto, muchas veces es el texto el que me marca lo que voy a procurar transmitir con las ilustraciones. Pero es verdad que no deja de ser siempre mi punto de vista. Así que diría que lo que busco como ilustradora es compartir lo que me conmueve y hacer disfrutar, pensar o emocionar a alguien con ello.

Dip © Eva Sánchez Gómez

9. ¿Estás trabajando en un nuevo libro? ¿Qué nos puedes contar sobre él?

Ahora mismo estoy trabajando principalmente en un álbum ilustrado sobre el largo camino que muchos niños y niñas deben recorrer para ir a la escuela y en las ilustraciones para un libro pedagógico de iniciación al dibujo.

10. Un último consejo a las que como tú, quieran dedicarse a esto:

Yo les animaría a ello si es lo que les gusta. Es verdad que hay que lidiar con la parte no bucólica de las aventuras y vicisitudes del autónomo ilustrado. Puede conllevar incertidumbre laboral, parte del trabajo es seguir buscando trabajo y a menudo no es una profesión bien valorada. En general no es fácil vivir de ello, pero no es imposible. Y mientras no sea imposible, siempre recomendaría a alguien intentar trabajar en lo que le gusta porque creo que compensa.

La espera © Eva Sánchez Gómez


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