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Fotografía altamente inspiradora de Benedetoo de Maio |
Sé que a estas alturas de la película el título de esta entrada es más bien contradictorio.
La verdad es que, desde que empezó el año (que prometía tanto, como todos los inicios de año), no me había parado a pensar qué objetivos fijarme en 2015 aunque siempre he tenido uno muy claro (ser ilustradora profesional, de las que publican).
Y por un lado bien, porque la autoimposición de objetivos imposibles no hace otra cosa que generar expectativas demasiado altas y la consiguiente frustración al no conseguirlas. Pero por otro lado mal, porque sin planificación ni organización te dispersas, te ves metida en mil y un proyectos que no acabas de tirar hacia delante ni, sobre todo, finalizar.
Y si eso fuera poco, está mi talón de Aquiles que no acabo de pulir ni con piedra pómez: mi falta de perseverancia a lo que se une poca fe en mí y una búsqueda enfermiza de perfeccionismo.
Este año también me he llevado algunas decepciones (el mundo de la ilustración no es tan 'chupi guai' como lo pintan) que han hecho me dejara arrastrar por el desánimo y la apatía. Pero luego te encuentras con entradas tan motivadoras como ésta de Joanna del blog Canas Verdes que te hacen resucitar, te devuelven la fe y las ganas de volverlo a intentar (aunque haya pasado casi medio año):
El refrán dice que quien no se arriesga, no cruza el río. Y hay más: la
montaña de Mahoma, Dios ayudando al que madruga, y podría seguir...
No toda la sabiduría popular es absolutamente vigente o certera; pero gran parte, sí, y es bueno escucharla, de vez en cuando.
Este año decidí que iba a mojarme los pies en el río.
Aunque no lograra pasar, o peor, aún, aunque no pasara nada, participé en 8 concursos.
En uno pasé la pre selección, en otro quedé seleccionada, y en dos saqué menciones; es decir, cuatro de ocho! ¡No está mal!
Ha sido muy satisfactorio, pero más que eso (y por eso lo comparto), ha sido una gran lección!
No importa lo tímidos que seamos, los pocos contactos que tengamos o lo
difícil que sea la competencia, si nos quedamos en casa esperando ser
descubiertos, probablemente no va pasarnos nunca nada.
Así que, amigos, este 2015 que empieza, los invito a la orilla, a
arremangarse los pantalones o la falda y a lanzarse tras ese sueño!
Que, como les digo a mis hijas, la timidez no sirve mucho en la vida: el coraje y la convicción, sí!
Lo dicho, Joana, aquí tienes a una fan. No sólo por todas las convocatorias que compartes (a riesgo de tener más competencia en este mundo feroz) sino por tu enfoque, tu manera de vivir la ilustración y ¿por qué no? el día a día...
Un placer tenerte de amiga virtual.
Al resto, pues eso, que he vuelto :)