Lo malo de la fecha que nos dieron (el último viernes de junio a
las 11h de la mañana) es que teníamos poco tiempo para coordinarlo
todo. En el otro post ya he comentado
cómo fueron algunos preparativos; por eso y apurando mucho que es gerundio, el
día antes pude traerme el vestido (tras 5
visitas y 4 pruebas), le pedí a mi suegra que me hiciese la
manicura y por último, visité la peluquería donde me acondicionaron el
pelo para el día siguiente.
A primera hora de la mañana, mi peluquera de confianza Laura de Performance Sabadell había obrado este prodigio de ingeniería capilar armado con toneladas de horquillas y laca, muucha laca. Y sí, ¡me fui con el velo puesto a mi casa! (por suerte tengo la pelu a 5 minutos...) |
A las 10 y cuarto de la mañana ya estaba peinada,
maquillada por mi amiga Mary Jo
(quien a su vez me ayudó a vestirme) y con un precioso
ramo de novia en la mano, lista para recibir a mi padre que vino a
buscarme en su coche rojo.
He de confesar que tampoco pensaba ir vestida de "novia-novia" ya que lo encontraba demasiado "tradicional". Pero al final... ¡toma ya! De "blanco roto" (blanco, vamos), aunque eso sí... ¡¡de CORTO!!
La verdad es que estoy súper contenta por haberme atrevido a conjugar ambas
cosas que creía, a priori, incompatibles: vestir de "novia" y "de corto". Creo
que una cosa compensó la otra. Y sino, juzgad vosotras mismas y me decíis :-)
Aquí estoy yo con mi vintage
look. De corto, con un vestido inspirado en
Audrey's "Funny face" wedding dress (salvando las distancias y con algunas modificaciones) pero en
conjunto, muy 50: cuerpo sencillo y envarillado tipo corsé con escote cerrado
redondo y falda baja de tul con copa de bailarina, aunque con menor volumen que
el original, a la altura de la rodilla.
El toque personal que lo hacía "diferente":
el cinturón rojo con lacito a juego con el
mismo en el velo corto que escondía
un precioso recogido medio alto.
Otros detallitos rojos: pendientes de bola con
brillantitos de Agatha, zapatos acharolados
abiertos por detrás de Jorge Juan (Barcelona) y laca de
uñas nº 40 de Deliplus XDD |
Todos los que me vieron, empezando por mi padre, se quedaron impresionados.
¡¡No se lo esperaban!! Mi marido, cuando me vió entrar en el recibidor de los
Juzgados, se emocionó y todo...
Yo sabía (por mi suegra) que él no iba con traje de novio al uso
pero aún así, estaba muy guapo. Y juntos, hacíamos tan
buena pareja... No íbamos disfrazados aunque yo me sentía
como Cristina Hendricks sacada de Mad men.
Nos casó una jueza súper maja en los Jutjats de Pau de Castellar del Vallès (a los que estaré eternamente agradecida por habernos dado cita; todo lo contrario de mi ciudad natal)
Nos casó una jueza súper maja en los Jutjats de Pau de Castellar del Vallès (a los que estaré eternamente agradecida por habernos dado cita; todo lo contrario de mi ciudad natal)
Nada más empezar,
nos obsequió con un bonito discurso en catalán sobre los valores del compromiso
y la convivencia (¡sin saber que llevábamos 10 años de relación!) y
luego procedimos al protocolo habitual del matrimonio civil: los turnos de
"consiento" (sí, quiero), el intercambio de las alianzas y ambas firmas en el acta
matrimonial además de la conformidad de nuestras testigos (mi hermana y mi suegra).
Con nuestro NUEVO libro de familia en mano ya habíamos cambiado de estado civil en poco menos de 10-15 minutos...
¡¡estábamos oficialmente CASADOS!!
Felicitaciones, besos y fotos, muchas fotos, en las inmediaciones de los
Juzgados que contaban con un precioso jardín compartido con el
Ayuntamiento y que tomamos como marco fotográfico oficial para hacernos las fotos con nuestros familiares y amigos (para respetar su derecho a la intimiadad omito publicarlas)
Después mi padre tuvo la fantástica idea de llevarnos por un pedregoso
camino hasta una escondida ermita del término municipal de Castellar,
Les Arenes. Allí acudimos todos los asistentes, las féminas con
tacones incluídos, en una procesión cual película neorealista italiana. El
recorrido valió la pena, aunque como peaje me costó una autopista en mis recién
estrenadas medias, porque el paraje natural era idílico y bucólico a
más no poder... Mejor localización para nuestro álbum de boda, ¡imposible!
Una vez allí, dejamos que los asistentes fueran desfilando hasta la
acogedora terraza interior donde iba a tener lugar la recepción. Acto seguido
entramos nosotros y sonó la música instrumental de Henry Mancini que nosotros
mismos habíamos elegido días antes (nunca adivinaríais de dónde sacamos el cd... ¡de la biblioteca!)
Después de haber roto el hielo con unos
tímidos bailes "agarraos" y tras haber probado un refrescante cóctel de gin tonic con soda y lima, ya estaba todo dispuesto para dar paso a la siguiente fase: el
banquete nupcial.
Nos condujeron hasta el saloncito "Suís" donde nos reservaron una amplia mesa deliciosamente decorada con orquídeas blancas y lazos rojos.
A partir de ahí empezó el despliegue de platos, muuuchos platos, que
componían el menú que habíamos elegido con sumo mimo para nuestros selectos invitados.
Y cuando ya no nos cabía nada más, sonó nuestra canción y apareció el pastel más bonito del mundo presidido por nuestros muñequitos de amigurumi que Ninotets by Gemma había ganchilleado para nosotros además de los recordatorios para los invitados.
Aún así, agradezco a todos los que nos insistieron a que lo celebráramos, pese a mis reticencias iniciales, porque valió la pena. También a mi cuñado que nos ha hecho unas fotos espectaculares con las que montaremos nuestro álbum de boda (si las que componen este post ya son chulas, imaginaos las "de verdad"...).
Y cuando ya no nos cabía nada más, sonó nuestra canción y apareció el pastel más bonito del mundo presidido por nuestros muñequitos de amigurumi que Ninotets by Gemma había ganchilleado para nosotros además de los recordatorios para los invitados.
No quiero acabar este idílico post sin mencionar algo que todas sabemos: siempre ha habido y habrá "burbuja nupcial", sobre todo cuando pronuncias la palabra "boda" (suben la bandera como en los taxis). Evitad pasar por el aro en cuanto a presupuestos exagerados por mucho que se
trate de una "boda" (y aunque parezca imposible, omitid esa palabra
mágica que lo "dispara" todo). Existen propuestas económicas, sólo es cuestión de investigar, buscar y comparar... Y no, no hace falta
que contratéis a una wedding planner (figura especializada en organizar
bodas importada de EE.UU que ha
empezado a
proliferar aquí como setas) aunque si lo hacéis, que tenga titulación (aviso, hay mucha "intrusa" suelta...). De todas formas creo que lo podéis
hacer perfectamente vosotras aunque como en todo, depende de si queréis montarlo a lo grande o no.
Por
eso, novias casaderas, os animo a que lo que organicéis sea lo más
modesto e íntimo posible. Ya no os digo nada si podéis encargaros
personalmente, muchísimo mejor... De verdad, lo viviréis con más intensidad
y os quedará un bonito recuerdo (sea en un mes como en medio año. No necesitáis
más tiempo). ¡Ah! Y por encima de todo, no queráis controlarlo "todo",
dejaos AYUDAR
:-)
Yo
puedo presumir de que he tenido MUCHA suerte al contar con muy buenos amigos y
familiares que desinteresadamente me han regalado y/o ajustado muy-mucho los precios de sus servicios
(fotos, maquillaje, ramo, alianzas, liga, vestido...).
Y
nunca,
nunca os
dejéis llevar por los nervios o las prisas... ¡calma y sentido
común! Os lo digo porque con el velo tuve una mala experiencia (no estaba
presupuestado con el vestido) y cuando
recuerdo ese "detalle", me pongo mala, mala...
Aún así, agradezco a todos los que nos insistieron a que lo celebráramos, pese a mis reticencias iniciales, porque valió la pena. También a mi cuñado que nos ha hecho unas fotos espectaculares con las que montaremos nuestro álbum de boda (si las que componen este post ya son chulas, imaginaos las "de verdad"...).
Dicho
todo esto, poco
puedo comentar más, salvo que fue un día muy bonito y especial.
Y para muestra, nuestro nuevo status, no de casados, sino de felicidad.
Y para muestra, nuestro nuevo status, no de casados, sino de felicidad.